La optimización de recursos y la eficiencia operativa son esenciales para el éxito de las firmas legales y la externalización de las legal operations ha surgido como una estrategia valiosa para alcanzar estos objetivos.

Aunque el outsourcing es la estrategia de externalización de legal operations por excelencia, cada vez son más compañías las que se decantan por el outtasking. Continuando con el nuestro post anterior, esta semana trataremos de analizar las diferencias fundamentales entre estas dos estrategias cada vez más utilizadas por los operadores jurídicos que buscan mejorar su rendimiento y eficiencia operativa.

Outsourcing: externalización integral de funciones jurídicas

El outsourcing implica confiar a un proveedor externo para gestionar aspectos integrales de las legal operations de la firma. Esto podría incluir la externalización de procesos completos, como la gestión y tramitación de procedimientos, la investigación y estudio jurídico de los asuntos, o incluso funciones administrativas de BackOffice.

La empresa de outsourcing se convierte en un socio estratégico del operador jurídico, asumiendo la responsabilidad total de las operaciones externalizadas y actuando como una empresa extendida.

Esta estrategia ofrece beneficios significativos, como la reducción de costes operativos y el acceso a profesionales jurídicos especializados. Sin embargo, implica una mayor dependencia del proveedor externo y requiere una cuidadosa gestión y concreción previa de objetivos para garantizar la coherencia y la calidad en la ejecución de las legal operations externalizadas.

Outtasking: externalización focalizada en tareas específicas

El outtasking es la externalización de las legal operations específicas a un proveedor externo especializado. A diferencia del outsourcing, donde se externalizan procesos completos, el outtasking permite al operador jurídico mantener un mayor control sobre áreas específicas de sus legal operations mientras aprovecha la experiencia del proveedor externo en tareas concretas.

Este modelo se destaca por su flexibilidad, ya que las firmas legales pueden externalizar tareas especializadas sin comprometer la gestión general de los asuntos. Por el contrario, esta estrategia necesita claridad en la definición de las legal operations externalizadas y una comunicación rápida, transparente y eficiente con el proveedor de outtasking para el éxito del servicio.

Factores clave del Outsourcing y Outtasking

Tanto el outsourcing como el outtasking son estrategias valiosas para la optimización de las legal operations.

La elección entre estos enfoques requiere una comprensión clara de las necesidades de cada operador jurídico y de la fijación de unos objetivos específicos y ambiciosos.

Aspectos como la naturaleza de los asuntos, la complejidad de las tareas jurídicas, el nivel de control y reporte deseado y la necesidad de alineación de objetivos son factores esenciales a tener en cuenta a la hora de seleccionar un proveedor de outsourcing y outtasking.

Además, debemos prestar especial atención a la capacidad del proveedor externo para adaptarse a los requisitos específicos del operador jurídico, manteniendo los más altos estándares de calidad. Tampoco podemos pasar por alto aspectos como la transparencia en la comunicación o la confidencialidad y protección de datos a la hora de evaluar la idoneidad de un proveedor externo, especialmente, en el sector jurídico.

En definitiva, en un entorno en constante evolución, la adecuada elección de una estrategia de Outsourcing y Outtasking puede marcar la diferencia en términos de eficiencia operativa y excelencia en la prestación de servicios jurídicos. La elección de una u otra estrategia requerirá de un análisis previo de las necesidades del servicio y de las capacidades de los posibles proveedores.